Mario Rojas puso en agenda el cambio climático de Guatemala.
Durante su ejercicio como ministro de Medio ambiente dio seguimiento a los compromisos asumidos en este tema para encaminar al país hacia un desarrollo sustentable.
El cambio climático amenaza a todo el mundo y es uno de los mayores problemas que enfrentan. Guatemala no es ajeno a ello y para enfrentarlo se requieren de una sociedad resiliente, planes y programas de adaptación y mitigación, apoyo financiero, desarrollo de capacidades, transferencia tecnológica y una economía más verde.
Mario Rojas, exministro de Medio Ambiente, sostiene este problema ambiental pone en riesgo la seguridad alimentaria, el abastecimiento del agua y la salud de la población.
Afortunadamente, Guatemala ha avanzado en el tema, clave para la vida del país, ya que de los recursos naturales depende la economía y subsistencia de cada nación.
Hacia una cultura verde
Mario Rojas Espino destaca que durante su gestión al frente de esta cartera de estado, hubo avances de la Mesa Técnica para la Regulación del Agua y de la Mesa Técnica para la Descarbonización.
Asimismo, trazó una ruta de trabajo para la actualización del Plan de Acción Nacional de Cambio Climático (PANCC), con el objetivo de educar y capacitar a la población e instituciones ante los riesgos, así como la prevención y reducción de los efectos negativos.
En su rol como ministro, visitó diferentes universidades para concientizar sobre la importancia de contrarrestar los gases de efecto invernadero, el cuidado de los recursos naturales, la deforestación de la selva peténica, los ríos y lagos.
Como titular de medio ambiente fue testigo de la donación de un monitor de calidad del aire para apoyar a la Unidad de Información Ambiental y Cambio Climático (UIACC) del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), por parte de Estados Unidos
Con este equipo se logró medir los contaminantes del aire en las ciudades, incluyendo monóxido de carbono, dióxido de carbono, partículas PM1, PM2.5 y PM10, entre otros y, evaluar el impacto de la calidad del aire para combatir el cambio climático.
Estos esfuerzos contribuyen a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la salud, la productividad agrícola, permitiéndole al país avanzar hacia la seguridad energética sostenible.